Esta maestra de Colorado lucha por lograr un cambio para los estudiantes bilingües

A group young students and three adults wearing matching black shirts and pose for a group photo with a banner and a school hallway in the background.
Carlota Loya Hernández, última a la derecha en la fila de atrás, posa para una foto de grupo con estudiantes durante una competencia de Robótica LEGO en noviembre de 2023 en Longmont. Su hijo Chayanne Hernández, segundo de derecha a izquierda en la fila de atrás, fue mentor del equipo. (Image courtesy of Carlota Loya Hernández)
How do teachers captivate their students? Here, in a feature we call How I Teach, we ask great educators how they approach their jobs.

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En segundo grado, Carlota Loya Hernández pasaba mucho tiempo coloreando en su asiento. No hablaba inglés y su maestra no hablaba español, así que los lápices de colores y el papel eran su actividad favorita en la escuela de San Luis Valley en Colorado.

En la escuela intermedia, las cosas habían cambiado. Loya Hernández estaba tomando la clase de matemáticas avanzadas y estaba en camino a tomar clases más avanzadas en la secundaria. Con el tiempo, obtuvo su diploma universitario y se convirtió en maestra en el distrito escolar del Boulder Valley.

Hoy tiene un doctorado y aboga por los estudiantes bilingües, trabajando para asegurar que ellos tengan las oportunidades educativas que merecen.

“El mayor problema de las escuelas públicas es la falta de respuesta al brillante e increíble talento de todos y cada uno de los niños, especialmente los bilingües y multilingües”, dijo ella.

A woman with medium length dark hair and wearing a black and white blouse smiles for a portrait with a light blue backdrop.
Carlota Loya Hernández. (Image courtesy of Carlota Loya Hernández)

Loya Hernández, que es especialista en matemáticas y en programas para estudiantes sobresalientes y talentosos en la Escuela Bilingüe Pioneer, una escuela de inmersión en dos idiomas en Boulder Valley, fue nombrada maestra bilingüe de primaria del año 2023 por la Asociación de Educación Bilingüe de Colorado. Ella habló con Chalkbeat sobre cómo aseguraba que las reuniones de padres y maestros tuvieran un 100% de asistencia, qué le dijo a la mamá de un estudiante y por qué le preocupan los sentimientos en contra de los inmigrantes.

Esta entrevista ha sido levemente editada para acortarla y hacerla más precisa.

¿En qué momento decidiste ser maestra?

Como estudiante de intermedia y secundaria, recibí capacitación para ser tutora de estudiantes porque con frecuencia venían a mí para que los ayudara. En la universidad, fui tutora de matemáticas y ciencias. Nunca tuve planes de ser maestra y quería ser ingeniera arquitectónica por mi amor a las matemáticas y al arte. Pero era mi vocación.

Abandoné la universidad por dificultades económicas y por no saber sobre las ayudas financieras. Conseguí un trabajo como gerente de un restaurante y comencé mi carrera en el distrito de Boulder Valley como una tutora de idioma natal. Disfruté mucho trabajando con estudiantes inmigrantes y refugiados, que a menudo eran ignorados o no recibían apoyo en los salones de clase regulares. Esto me enfureció y me impulsó a volver a la universidad y obtener un diploma de maestra.

¿Cómo influyó tu propia experiencia en la escuela en tu manera de enseñar?

Recuerdo mi primer día de segundo grado en la Center Elementary School. Acabábamos de mudarnos a San Luis Valley desde Silverton. Tuve apoyo bilingüe en Kinder y en primer grado porque acababa de llegar al país, pero en segundo grado mis opciones eran nadar o hundirme. Mi maestra no me entendía y yo no la entendía a ella. Me dio lápices de colores y me dejó colorear. Yo era muy feliz porque me encantaba el arte.

En la escuela intermedia, me asignaron a una clase de matemáticas avanzadas. En la secundaria tomé clases avanzadas de lenguaje, matemáticas y ciencias. Como hija de trabajadores agrícolas con pocos recursos en casa, la escuela se convirtió en un refugio seguro. Me iba muy bien en todas las clases, excepto en Educación Física. La única C que recibí fue en educación física porque tenía que vestirme para la clase. Mi papá no me permitía usar pantalones cortos y tampoco contaba con los medios para comprarme pantalones de sudadera.

La Center High School me abrió las puertas a un mundo de oportunidades y me nominó para la beca Spud Bowl del Adams State College en Alamosa (que ahora es la Adams State University). Gané la beca completa, y fue la clave para acceder a una educación superior y a un futuro lleno de posibilidades. Se convirtió en mi boleto para salir de la pobreza.

Cuéntanos cuál es la lección que más te gusta enseñar. ¿De dónde salió la idea?

Me encanta desarrollar lecciones que realmente conecten con los estudiantes, impacten en su forma de pensar y les ayuden a entender conceptos importantes. Para enseñar conceptos matemáticos importantes, como fracciones, decimales y porcentajes, preparé una lección utilizando el libro If the World Were a Village de David J. Smith.

El enfoque era muy matemático, pero los estudiantes pudieron analizar los datos y llegar a sus propias conclusiones. La lección permitió que mis estudiantes pensaran más allá de su propia existencia en su ciudad, más allá de las fronteras, y se enfrentaran a las graves desigualdades en el acceso a educación, atención médica, condiciones básicas para vivir, como acceso a agua potable, vivienda y alcantarillado, y pudieran imaginar la gran pobreza de tantos que literalmente se están muriendo de hambre. Nos permitió entender lo agradecidos que debemos estar por todo lo que tenemos en Estados Unidos, lo afortunados que somos y la gran cantidad de oportunidades que tenemos.

¿Cuál es el mayor reto que enfrentan tus estudiantes bilingües?

Los sistemas de opresión en todos los ámbitos de la vida de los estudiantes. Las manifestaciones de racismo incluyen programas de doble idioma adaptados para las familias blancas. La mayoría de los estudiantes de nuestro distrito que obtienen el Sello de Alfabetización Bilingüe (que demuestra que pueden leer y escribir tanto en inglés como en otro idioma) no son hablantes nativos de ese otro idioma.

Los estudiantes bilingües siguen estando sobrerrepresentados en educación especial, en referidos por disciplina y en escuelas alternativas con currículos técnicos en vez de en programas preuniversitarios y cursos AP/IB. Y no están suficientemente representados en clases avanzadas de todas las áreas, incluidas las de español. [A menudo], no se les identifica como sobresalientes y talentosos.

Estos son los sistemas contra los que lucho a diario. En mis tres semestres en la Escuela Bilingüe Pioneer, tenemos 25 estudiantes en matemáticas avanzadas solamente en cuarto y quinto grado. Cuando empecé en Pioneer solo había seis estudiantes. Hay otros 30-40 estudiantes en los grados más pequeños que están encaminados a toma clases de matemáticas avanzadas.

Como soy nerd para los datos, llevo cuenta del progreso de los estudiantes e identifico a los que tienen altas capacidades, tanto en matemáticas como en leer y escribir en ambos idiomas. Estamos en nuestro tercer año del Boulder Universal Advanced Math Program para estudiantes de cuarto y quinto grado.

La mayoría de los líderes de distritos y escuelas se enfocan en el nivel más alto de desempeño. Hay una urgencia por trabajar en la “brecha”, pero eso hace poco para mejorar una escuela. Tenemos que adoptar la mentalidad de desarrollar talento y oportunidades de aprendizaje avanzado para “subir la barra”.

¿Qué fortalezas notas en tus estudiantes bilingües?

Los estudiantes bilingües/multilingües están por encima del estándar, pero la fijación es que están por debajo del grado. Ellos logran un nivel más alto de lenguaje y de desempeño académico y social. Son el futuro de nuestra sociedad, ya que son ciudadanos con mentalidad global y serán los cuidadores del planeta. Los estudiantes bilingües/multilingües tienen más conciencia social a la hora de respetar y valorar diferencias, ya sean culturales, de idioma, religiosas, espirituales o de otro tipo.

Cuéntanos alguna anécdota memorable, sea buena o mala, en la que el contacto con la familia de un estudiante cambió tu perspectiva o estrategia.

Mis papás nunca pudieron ir a mi escuela cuando yo era niña porque trabajaban todo el día en los campos de lechugas o papas y llegaban tarde del trabajo. No tenían atención médica ni beneficios, y por lo tanto no podían darse el lujo de faltar al trabajo. Como maestra, me aseguré de quedarme hasta tarde y visitar los hogares de mis estudiantes para conectar con sus padres. Siempre me propuse y conseguí el 100% de asistencia en mis conferencias.

En mis 30 años como educadora, nunca vi a un padre o madre que no se preocupara por su hijo(a). La idea de que los padres no se preocupan, que están mal equipados para apoyar a sus hijos, tiene una base cruel y racista que contribuye a que los estudiantes de color sean vistos de manera más desfavorable, especialmente los que provienen de poblaciones de inmigrantes y refugiados. Por el contrario, esas familias cruzaron el continente a pie, huyeron del peligro y el hambre en su país de origen, y dejaron todo y a todos atrás para poder ofrecerles a sus hijos la mejor oportunidad para el futuro.

Una vez llamé a la mamá del payaso de la clase. Era un niño brillante que se negaba a hacer su tarea. Interrumpía la clase porque siempre estaba haciendo otra cosa y era muy gracioso. La madre contestó el teléfono: “¿Qué hizo Mario ahora?” Como estaba altavoz, Mario y el resto de la clase escucharon lo que dijo. No pude evitar reírme un poco, porque la estaba llamando para felicitarla por lo bien que Mario había hecho un examen o una actividad. Pero ese niño era y es brillante. Estoy seguro de que actualmente es un ciudadano exitoso y bilingüe que está aportando a la sociedad. No seguía las instrucciones siempre, pero tenía un potencial increíble. Para mí era tan obvio como el día; pero no todo el mundo es capaz de ver más allá del color de piel, trasfondo o comportamiento de un estudiante.

¿Qué está ocurriendo en la comunidad y afecta lo que pasa en tu salón de clases?

Nuestros estudiantes se ven afectados por el sentimiento antiinmigrante de este país, los asesinatos de latinos y negros a manos de la policía, los sistemas de prisión que alejan a los padres de sus hijos, la amenaza de los servicios sociales, y la falta de recursos en la comunidad, como vivienda básica, alimentos, atención médica, un salario digno y seguridad. La elección de un presidente — Donald Trump — que en su discurso y acciones proyectaba tanto odio, trajo miedo y angustia a las escuelas bilingües.

Los estudiantes estaban llorando mientras los maestros estaban en shock. Ese día tuve que quedarme en casa porque no podía afrontar la realidad de las elecciones. Este miedo ha regresado en 2024 porque el odio vuelve a afectar a todos los estudiantes de color, limita su humanidad y amenaza el bienestar y la seguridad de sus familias.

¿Qué estás leyendo en tu tiempo libre?

“Punished for Dreaming: How School Reform Harms Black Children and How We Heal” y “We Want to Do More than Survive,” ambos escritos por Bettina L. Love. Me interesa mucho este tipo de literatura que trae a la luz y expone las causas raíz de las desigualdades en educación y sociales en la escuela y la sociedad. Este podría ser el enfoque de la siguiente fase de mi vida: enseñarle a la próxima generación la historia del racismo y la opresión en Estados Unidos para que puedan contribuir a cambiar la sociedad para que sea más equitativa.

Ann Schimke es reportera senior de Chalkbeat y cubre temas relacionados con la educación en la niñez temprana y la alfabetización temprana. Para comunicarte con Ann, envíale un email a aschimke@chalkbeat.org.

Traducido por Milly Suazo-Martinez

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